Es la vida de un joven sacrificado y trabajador, dedicado a su familia y que terminó asesinado a golpes por asaltantes. Pero ni la muerte pudo con su solidaridad, porque donaron sus órganos.
El brutal asesinato de un joven trabajador durante un asalto, conmueve a la pequeña y tranquila localidad de Seguí, ubicada a 55 kilómetros de la capital provincial.
Julio Trossero, de 27 años, murió ayer tras pasar dos días internado, debido a las heridas provocadas cuando fue golpeado reiteradas veces en la cabeza y el cuello por sujetos que asaltaron a su familia en el austero tambo, que poseen en la zona rural de la mencionada localidad.
La historia de Julio conmueve de principio a fin y es la vida de un joven sacrificado y trabajador, que se brindó por completo a su familia: Desde dejar la escuela para ayudar a su padre en el tambo, el intento de volver a estudiar con ayuda de la comunidad, el dolor de la muerte de su padre hace menos de dos años, la defensa de su madre que era agredida en el asalto del pasado sábado, la brutal golpiza de los delincuentes y la solidaridad de dar vida, donando sus órganos tras su muerte.
«A Julio lo conocían todos en la ciudad: Un chico laburador de esos que se sacrifican todos los días. Que dejó la escuela para ayudar a su familia», dijo un periodista de Seguí y agregó: «incluso hubo una movida en Seguí para que pudiera retomar y terminar la escuela». Todas estas cuestiones, hacen que la ciudad está conmocionada por la brutal muerte durante un asalto. Y todo ello, impulsa a la localidad que ya reclamó justicia en diferentes marchas.
El periodista Prigiano Perez, que se desempeña en Canal 6 Ramírez Cable Visión, contó cómo fue el asalto. «Los sujetos con pasamontañas, ingresaron a la casa y tomaron a la madre de Julio, a quien metieron debajo de la cama para que no grite, pero la mujer, sabiendo que su hijo estaba en el tambo que tenían en el fondo, comenzó a gritar», relató a Radio La Voz.
En ese momento, aparece el joven y comienza a forcejear con los delincuentes para defender a su madre y su casa. «Lo golpean varias veces en la cabeza con algo que todavía no se sabe qué elemento fue y lo atan junto a su madre, los delincuentes comenzaron a buscar dinero en la casa, ya que unos días atrás, habían vendido unos terneros y unos chivos», contó Prigiano Pérez.
Julio y su madre estuvieron unos 40 minutos maniatados, hasta «que los delincuentes ven que producto de los golpes, Julio comienza a convulsionar y deciden huir de la casa», señaló el periodista de Seguí.
El joven estuvo internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital San Martín, donde fue intervenido quirúrgicamente por la grave lesión cerebral ocasionada por la golpiza de los delincuentes. Finalmente, en la tarde de este lunes, falleció y sus órganos fueron donados.
El domingo por la noche hubo una marcha para pedir Justicia en la localidad de Seguí y ayer, tras la muerte de Julio y la conmoción, los ciudadanos de Seguí, volvieron a convocarse en las calles para reclamar Justicia.
El párroco Ariel Gaitán, expresó a Elonce TV que «el pueblo quiere ser solidario con su familia en este momento tan difícil. Es una comunidad chica y muy humana. Estamos todos dolidos. Hay que confiar en la Justicia, ser pacientes, serenos y firmes para que la muerte de Julio no quede en vano».
«Estamos un poco alterado todos y enojados. Estamos en una localidad tranquila y ojalá podamos seguir dejando los sillones afuera, las bicicletas en la calle y las puertas abiertas, pero parece que ya no va a ser así», dijo Perez tras su relato.
Fuente: Elonce.com
