La huelga de trabajadores, la dramática situación financiera, la basura que tapa la ciudad, una causa judicial que avanza y un contexto político inexplicable para Cambiemos son fotos de un paisaje desolador.
El calor incrementa el olor que destila toneladas de basura desperdigadas en todas las calles de Paraná. Todo puede ser peor.
El cuadro de situación es de una gravedad inusitada, ya no en términos institucionales sino sanitarios. Un rumor de última hora indica que los trabajadores de Obras Sanitarias podrían sumarse a la huelga. Son los encargados de potabilizar el agua.
Sergio Varisco llega al final de su gobierno en el medio de un incendio. Convaleciente de una operación cardíaca en enero y otra de cadera hace un mes producto de un ataque callejero, el Intendente mantiene la jefatura de un Estado municipal que está a la intemperie desde el día en que perdió las elecciones. El 10 de junio la ciudad comenzó a prenderse fuego. Malos contratos dejaron a Paraná días sin transporte público. La semana pasada cayeron contratos de trabajadores de diferentes áreas. Muchos de ellos contratados en el marco de la campaña que sepultó al intendente en la derrota. Esto último terminó en una denuncia penal de Adán Bahl, quien se presentó ante la Justicia con información del Tribunal de Cuentas en la que se venía advirtiendo el descalabro administrativo. Las denuncias de los intendentes entrantes con sus antecesores – en la mayoría de los casos por contratos – es una práctica que debería incorporarla a los manuales de la transición. La excepción fue Blanca Osuna, quien no fue denunciada. ¿Tiene el intendente electo el derecho de haber ido a la Justicia? Sí.
El Ministerio Público Fiscal, cuando quiere, brinda un saludable servicio de justicia. Lo convocó a Varisco y a su secretaria de Hacienda, Cristina Ruberto, enseguida que Santiago Halle presentara la denuncia. Los abogados del jefe comunal ya se constituyeron como defensores.
El Poder Judicial ha sido implacable con los desaguisados en la administración pública. Sobre todo en los que incumben a Varisco. La causa de Oscar Balla por viajar a un torneo de fútbol se archivó con total discreción. Sin embargo, en el caso que tiene imputado al radical por haberse colgado de la luz va a juicio, generando un antecedente que convierte a una acusación de Enersa en causa penal. Ni siquiera se permitió una mediación.
Al Intendente le sugieren que vuelva a renovar los contratos desoyendo lo que le habría pedido Bahl en reuniones que se hicieron en el ámbito de la transición. Varisco está en una encerrona y en el peor de los mundos. En el político y el judicial. A esta altura, sólo se le podría exigir que garantice la posibilidad de transitar la ciudad sin olores. ¿Pero cómo? Perdido por perdido, que dé marcha atrás, le sugieren.
Viajó a Buenos Aires en busca de 120 millones de pesos para, de alguna manera, oxigenar la hecatombe. Rogelio Frigerio no lo atendió. Ese día recibió a Gustavo Bordet para otorgarle fondos para obras.
Mientras las redes se plagan de imágenes de una ciudad devastada, el radicalismo sigue festejando haber conseguido un senador más, entre otras cosas, por el electorado de Paraná. Varisco se hunde en el infierno que él mismo inició.
La gestión de Paraná finalizó el 2018 -según un informe del Tribunal de Cuentas- con superávit. ¿Qué sucedió entonces para que no se pueda arreglar al menos un par de camiones recolectores para amortiguar la podredumbre que sobrevuela por la basura sin recoger? Varisco contrató personal a destajo con un único objetivo: ganar la elección. Se va de la peor manera. La política lo abandonó.
Fuente: Página Política