Existe una frase hecha en el fútbol de Paraná Campaña la cual indica que cuando arrancan los cruces, inicia otro campeonato. Aquel Juventud Sarmiento de Hasenkamp fue el ejemplo más contundente de esa teoría. En el 2009, más precisamente el 25 de octubre, obtuvo uno de los títulos más recordados a base de lucha, sacrificio, entrega y fútbol.
El Pirata había clasificado a los cuartos de final en la última fecha de la Zona Norte. Lo hizo sin jugar cumpliendo su jornada libre y esperando un resultado que lo favorezca. El mismo llegó sobre la hora del match en el que Atlético Hernandarias empató con Tuyango. De esa manera el equipo dirigido por Darío Hillier pasó de fase siendo para muchos, el más débil de los ocho.
Pero comenzó a escribir su historia grande frente a Unión Agrarios Cerrito. En una tarde soñada lo aplastó 5-2 al máximo candidato. El CUAC había arrasado la fase clasificatoria con una enorme cosecha de puntos y goles comandado por Rolando Céparo, pero vivió un domingo para el olvido en Hasenkamp. Esa diferencia fue muy importante y no le alcanzó el 2-0 de la revancha para pasar de ronda.
Los Piratas accedieron a semifinales y el adversario de turno fue el campeón reinante, Arsenal de Viale. Empate 1-1 en la ida y 2-2 en la vuelta en barrio Arroyito, sin diferencias en el alargue los penales determinaron al ganador y los de Hasenkamp fueron más precisos imponiéndose 4-2.
Llegó el mano a mano de la final con Atlético María Grande y la posibilidad de definirlo en casa tras el sorteo. Aquel Rojo contaba con jugadores de enorme nivel como Lucas Rodríguez en el arco, Marcelo Sosa, Diego Ciarroca, Nicolás Borsotti, el diamantino Alexis Ekkert y Antonio Todoro, entre otros. Verdaderamente un equipo hecho para dar la vuelta. Pero delante estaba un plantel preparado para pelear y que ya sabía de medirse ante candidatos.
Fue 1-1 en el estadio del CAMG y 2-1 en terreno Pirata bajo el arbitraje de Federico Beligoy. Los tres goles de esa serie decisiva, fueron obra de Ariel González, el goleador que había sido parte del equipo al principio del torneo, pero luego fue apartado por rendimiento y cuestiones de conducta. Sin embargo una vez en los cuartos de final, Hillier pidió su regreso. Allí el DT actuó junto al presidente del club Juan Kloss, hoy electo senador provincial, llegaron a un acuerdo con Neno, y determinante en el título fue vital en los mano a mano.
Tras el pitazo final de aquella tarde del 25 de octubre, el estadio fue invadido por hinchas que se abrazaron con los protagonistas celebrando una conquista inolvidable, con especiales condimentos y con un final soñado para el pueblo Pirata.
El recuerdo de puño y letra
Darío “El Mago” Hillier abre el cajón de sus recuerdos y le cuenta a El Observador los aspectos de aquel glorioso 2009. “Para quienes vivimos de cerca, y cómo se dio todo en ese torneo, tenemos las imágenes a flor de piel. Uno sigue revolviendo los recuerdos y buscando las notas de los diarios, con aquellos títulos muy lindos y sorpresivos para nosotros porque aparecían nuestros nombres, nuestros rostros… Para nosotros fue algo histórico, una hazaña. Pasamos de ‘Sarmiento entró por la ventana’ a consolidarnos como uno de los grandes candidatos dejando en el camino a grandes equipos. Dejamos de ser un supuesto oponente para convertirnos en una realidad, en un equipo que se consagraba campeón”, remarca.
Párrafo aparte para la historia de su clasificación a los cuartos de final. Última fecha, sin jugar y con un gol que cayó como regalo del cielo sobre la hora en el encuentro entre Deportivo Tuyango y Atlético Hernandarias. Si triunfaban los de Piedras Blancas, el Pirata quedaba afuera: “Fue muy curioso porque con referentes del equipo como Sixto Gómez, Hugro Grandolio y Yair Misser, habíamos ido a ver el partido de Cerrito y Atlético María Grande en cancha del CUAC. Recuerdo que cuando el periodista Rubén Daffar anunciaba desde la cabina que Tuyango ganaba 1-0, se nos fueron las esperanzas, quedamos eliminados. Pero sobre el final nos hizo señas de que había empatado Hernandarias, un gol que llegó a los 43’ del segundo tiempo y nos dio la posibilidad de avanzar a cuartos de final. Volvimos a vivir, fue una alegría tremenda. Arrancaba otro torneo”.
Hillier no duda en afirmar que el triunfo categórico sobre Cerrito, máximo candidato, fue el empuje suficiente para sentirse como un equipo que iba por el título. “Ese partido fue trascendental, a partir de ahí confiamos más en nosotros y no tanto en mirar al rival. Allí empezamos a marcar nuestro camino con un inspirado Neno González que le marcó tres goles a Cerrito, uno a Arsenal y los tres a María Grande. Se convirtió en un goleador estupendo en esa etapa”.
La final fue ante ese enorme Atlético. Tras el empate en la ida, llegó la revancha: “Fuimos sólidos con una gran tarde del arquero Mendieta, una defensa que aguantó cada ataque del rival y el mediocampo que trabajó muchísimo ante jugadores de categoría. Los goles llegaron en el momento justo, cuando Atlético había creado dos claras situaciones respondimos con un remate de González que estampó el 1-0 para irnos al descanso. Luego hicimos un cambio y apostamos a la contra porque ellos necesitaban empatar. Así llegó el segundo con la asistencia de Heninn a González que no perdonó en el cara a cara con Lucas Rodríguez. Atlético descontó por medio de Kevin López pero luego no pudieron con nuestra solvencia”.
Para cerrar, El Mago destaca las virtudes de aquel Pirata: “Fue un equipo basado en experiencia, teníamos jugadores de mucha calidad que marcaron un tiempo hermoso para la institución y quedarán en el recuerdo de muchos de sus simpatizantes y de aquellos descreídos. Incluso seguimos viéndonos con muchos jugadores, recordando cosas que quedaron de ese momento histórico que se coronó con un triunfo que era merecido por lo que vivimos en la etapa de clasificación con resultados adversos y con muchos problemas porque no encontrábamos el equipo, te cuestionaban, todos son directores técnicos detrás del tejido. Quedan las historias, las anécdotas… recuerdo mí pedido a la ‘Mater’, aquel sábado antes de la final fui a verla en su Ermita desde donde sale la peregrinación. Había hecho una promesa y le pedí no por un resultado, sino para que todo fuera una fiesta, ganara quien ganara. Esa visita me dio una tranquilidad enorme en el banco de suplentes leyendo el partido. Me siento feliz de haber formado parte de ese equipo, quedando en la historia de Juventud Sarmiento”.
