La Cámara Federal de Apelaciones confirmo el procesamiento del empresario Héctor Ricardo Salé, dueño de empresas constructoras y del complejo Interlagos, en una causa por haber pergeñado una operación contable para evadir el pago de impuestos
El empresario Héctor Ricardo Salé, titular de empresas constructoras y del complejo Interlagos, recibió dos noticias, una buena y una mala. La buena es que, aunque les retuvo aportes a sus trabajadores y no los depositó para la seguridad social, fue sobreseído porque el monto es menor del que al Estado le interesa perseguir. La mala noticia es que se confirmó el procesamiento por haber presentado certificados truchos para la cancelación de impuestos mediante el sistema de compensaciones.
Se trata de la misma maniobra que involucra a la procuradora de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Alicia Ibáñez, como integrante de una asociación ilícita tributaria, en complicidad con el abogado Roberto Izaguirre Ibáñez –su hijo–, los contadores Luis Salvador Morelli y Sergio De Araquistain, que serían los jefes u organizadores de una organización que estafó al fisco en unos 84 millones de pesos.
El caso de Salé es una muestra más de esa gran estafa que comprende a otros renombrados empresarios entrerrianos.
El empresario es socio y presidente de la empresa T&H Construcciones SA, radicada en María Grande, y está acusado por el delito de simulación dolosa de pagos, por haber pergeñado una maniobra para evadir el pago de 552.289,84 pesos que le reclamaba la AFIP en concepto de impuestos.
De la maniobra también habrían participado los contadores Sergio De Araquistain y Juan Santiago Correa, acusados por el mismo delito.
La maniobra consistió en la presentación, por parte de Salé, de diversas declaraciones juradas falsas, en las cuales incorporó certificados de retención correspondientes a las empresas José Cartellone Construcciones Civiles SA y Fideicomiso de Infraestructura Hídrica, con las cuales no tenía ningún tipo de relación, y los presentaban ante AFIP como aparentes saldos de libre disponibilidad, con el objetivo de no pagar al fisco con dinero real, sino mediante el sistema de compensaciones.
La ingeniería contable quedó al descubierto en la pericia realizadas sobre los libros de contabilidad de la empresa; pero la responsabilidad de Salé surge más clara de los registros de AFIP en los que se advirtió que fue su clave fiscal la que presentó las declaraciones juradas de IVA con datos falsos correspondientes al período fiscal noviembre de 2008.
La Cámara Federal de Apelaciones consideró que “se encuentra acreditado que se utilizaron certificados de retención falsos en la declaración jurada rectificativa de IVA de la firma T&H Construcciones SA, por los períodos correspondientes a mayo, junio, octubre, noviembre de 2008, atinentes a Construcciones Civiles SA, de José Cartellone, y enero 2008 de Fideicomiso de Infraestructura Hídrica, para generar saldos de libre disponibilidad por la suma de 552.289,84 pesos y, de tal modo, simular dolosamente a través de compensaciones el pago de las obligaciones fiscales que registraba dicha empresa”.
El delito de simulación dolosa de pagos prevé penas de dos a seis años de prisión para quien “mediante registraciones o comprobantes falsos, declaraciones juradas engañosas o falsas o cualquier otro ardid o engaño, simulare la cancelación total o parcial de obligaciones tributarias o de recursos de la seguridad social”. A su vez, los tribunales han dejado aclarado que “tanto el pago como la compensación son medios aptos para cancelar las obligaciones tributarias”, con lo cual surge más claramente la responsabilidad.
Fuente: Pagina Judicial