Están recorriendo la provincia, pero todavía no como candidatos, como lo hace ya abiertamente Frigerio. Los aspirantes a la gobernación del radicalismo tienen mucho por resolver en poco tiempo. Confían en el armado para las intendencias.
Toda la dirigencia política entrerriana trabaja sobre la hipótesis de que 2023 será como 2019, con elecciones provinciales separadas de las nacionales, lo que supone internas en abril y generales en junio. Sin embargo, sólo hay un candidato a gobernador haciendo campaña: Rogelio Frigerio.
Sus competidores en la interna de Juntos por Entre Ríos aún no se han puesto la camiseta de candidatos. Aunque Pedro Galimberti y Darío Schneider no están quietos, sus recorridos por el territorio son a título de diputado nacional y de intendente de Crespo. La campaña formalmente no empezó. En los próximos días habrá una reunión de la dirigencia de Entre Ríos Cambia en la que se darán los trazos gruesos de la estrategia electoral que seguirán en 2022.
Los tiempos son acotados, sobre todo por las necesidad de instalación que requieren figuras menos conocidas que el ex ministro del Interior de Mauricio Macri, que con el contundente triunfo electoral del pasado 14 de noviembre quedó posicionado como el dirigente con más votos de la provincia. La definición de quien será el candidato a gobernador entre Schneider y Galimberti no puede pasar de mitad de año.
Interpretan aquí que Frigerio adelantó su salida al ruedo tras la demostración de fuerza que significó el campamento de la Juventud Radical que se desarrolló el primer fin de semana de febrero en Villa Urquiza.
La reunión en el centro turístico adquirió un gran volumen político por la importancia que le dio la dirigencia nacional de la UCR. Gerardo Morales, Facundo Manes, Gustavo Valdés, Mario Negri agitaron la bandera de que esta vez es el turno de la UCR dentro de Juntos.
Cerca de Frigerio, en cambio, advirtieron que Morales no dijo con todas las letras que apoyará exclusivamente a un candidato radical en Entre Ríos.
Pero entre los dirigentes que pretenden disputarle la interna al líder del PRO afirman que Morales no tiene margen para una indefinición, porque se quedaría sin radicales que le junten votos en Entre Ríos. Y hacen, en este punto, una diferencia con Manes, que en la intimidad no reprime su fastidio con el PRO, en particular por la “campaña sucia” del año pasado, que le atribuye a Horacio Rodríguez Larreta, el presidenciable más cercano a Frigerio.
Como sea, es un dato objetivo que en los días siguientes al campamento de la Juventud se intensificó la actividad electoral de Frigerio. Y el pasado fin de semana recibió en Gualeguaychú a Patricia Bullrich que, como Morales en la UCR, es la presidenta del PRO y está anotada en la carrera por la presidencia de la Nación.
Intendencias
Mientras se resuelve quien encabezará la propuesta, en Entre Ríos Cambia perciben como una fortaleza el armado para las intendencias. Advierten que 2023 no será una elección “personal”, como la de 2021.
Esperan que esa tracción de los cargos locales y departamentales, sumado al alineamiento con un postulante a presidente radical cambie las relaciones de fuerza en una interna que, corrigen, no fue 70 a 30 (como simplifican cerca de Frigerio), porque recuerdan que su sector obtuvo el 31,82% y también jugó el varisquismo, por dentro con Carlos González (3,44%).
El porcentaje preciso que alcanzó Frigerio fue de 64,74%. Pero además cuentan los votos que por afuera de esa interna reunió Lucía Varisco, claramente contrarios al líder del PRO. Aún así, la lista de Frigerio y Benedetti superó en más de 90 mil votos a la suma de las otras alternativas de la interna de Juntos, contando los votos de Varisco.
En la lectura de la interna de 2021 destacan que donde el radicalismo militó a favor del candidato de la UCR el resultado cambió. Por ejemplo: Frigerio medía lo mismo en Nogoyá que en La Paz. Pero en Nogoyá perdió y en La Paz ganó. Lo que marcó la diferencia fue el trabajo militante de los intendentes y referentes locales de la UCR en cada ciudad.
Creen que si todo el radicalismo de Uruguay, Gualeguaychú, Concordia, Gualeguay, Victoria y La Paz hubiera trabajado por el candidato radical, Frigerio perdía o terminaba empatado con los candidatos de la UCR. Porque donde jugaron los intendentes por Galimberti, ganaron. Y el conocimiento público y la imagen de Frigerio era la misma que en el resto de la provincia. Ahora, para 2023, van a tener candidatos a intendentes en todas esas ciudades.
A excepción de Paraná, donde todos los que hasta ahora sacaron la cabeza por la intendencia se alinearon con Frigerio, no ven que el postulante a la gobernación del PRO cuente con candidatos de peso y con estructuras importantes para las intendencias en muchas ciudades de la provincia. Y evalúan que prometer que no habrá bendiciones será un problema para candidatos débiles que proyectan volverse competitivos con la exclusividad del pegado de boleta.