Las cifras fueron provistas a Clarín por el Consulado nacional en Florianópolis. Entre 2012 y 2017, un total de 31.119 vehículos argentinos acumularon multas impagas en la zona de Brasil que más turistas de nuestro país recibe.
Esta temporada, allí esperan a 1,5 millón de argentinos. El verano pasado, fueron 1,1 millón. De los multados en esa época, informó el Consulado, solo el 27 % pagó. De 2017, todavía quedan 6.617 sanciones pendientes. Del año anterior, 7.281. El récord se lo lleva 2014, con 7.548.
“Mucha gente no abona porque no sabe que las tiene. Por eso, cada persona que llegue a Brasil en auto debe chequear si adeuda algo porque, en algún momento, le van a exigir saldarlo. Y si es en la frontera, puede tener complicaciones”, explicó el cónsul argentino en Florianópolis, Gustavo Coppa.
El principal problema de llegar al límite de los dos países con multas es que solamente se pueden cancelar de lunes a viernes en sucursales bancarias y durante el día. Nunca hay que dar el dinero directamente en la aduana.
“Si se fiscaliza un viernes por la noche y hay deudas, solo se puede dejar el país el lunes después del pago en el banco”, advirtieron en la Polícia Rodoviária Federal (PRF) brasileña. También, podrán reclamar por las infracciones de este verano.
Hay dos formas de chequear si uno adeuda algo. Una es por Internet: en la Web del departamento de tránsito de Santa Catarina (www.detran.sc.gov.br) o en la de la Polícia Rodoviária Federal (www.prf.gov.br). Solo es necesario poner el número de patente y el país de origen. La segunda alternativa es preguntar en persona a la misma Rodoviária en algún puesto de control.
Los dos errores principales –y los más graves– que cometen los argentinos al volante en Brasil son exceder los límites de velocidad y manejar con alcohol en sangre.
A diferencia de lo que pasa muchas veces en nuestro país, allá la tolerancia es cero. No se puede tomar ni media caipirinha antes de conducir. La pena también es distinta: no retienen el auto (se lo puede llevar una persona que esté sobria), pero el conductor puede terminar preso. Pisar el acelerador de más es otra mala idea: las rutas brasileñas están llenas de radares fijos y móviles.
Los valores de las multas, informaron en el Ministério das Cidades de Brasil, van de 293,47 reales (unos 1.654 pesos) por las faltas de categoría “gravísima” como manejar alcoholizado, en tanto que a 88,38 reales (498 pesos), las infracciones leves.